lunes, 18 de abril de 2016

XX


                                  

A orillas del rio camina un hombre que soy yo,
vestido de agua y matorrales y los dedos salpicados de harina.
Sobre mi pecho brilla el verdín de las rocas
y bajo el sol un viejo pergamino.
¿ Realmente es tan verde el aire?
A orillas del rio los niños juguetean con canicas y cosquillean mis pantorrillas,
como miles de creadores.
Un pato enfurecido surge entre las zarzas rompiéndome las costillas
y los pescadores pacientes, con sus cañas,
me recordaron a una muchacha naranja que perdí en la juventud…
¡Es tan verde el viento!



Drake.

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